
Empieza el juego. El Rey. El Peón. Todo fuerte, todo raro al rededor. Bien en claro está, el Peón, nunca se come al Rey. Es el juego; más acomodado, el Peón vale menos. Lo sabemos. Lástima, que siempre olvidamos ; Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.
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